Primero fueron dos y el boca en boca hizo que hoy sean 45 los nadadores que componen el grupo que denominaron ‘Travesías Acuáticas’, que desde el año pasado, cada sábado, se une en la pasión de dar brazadas en el río Paraná, frente a la playa de Miguel Lanús.
“Cada nado para nosotros es un disfrute, porque cuando nadamos no lo hacemos para una competencia, es para divertirnos porque nos gusta y porque sabemos que nos hace bien. Nadar es salud, es anticovid, anti nfermedad, ¡antitodo!”, compartió el profesor Rafael Larraburu, uno de los impulsores de este grupo.
Es que Rafa y Valeria Schuster fueron los primeros en juntarse y salir a nadar en aguas abiertas. “Los dos entrenamos en la pileta del Capri y en septiembre del año pasado, cuando comenzó el calor, empezamos a nadar en El Brete y en noviembre se acopló Jorge Celano y nos dijo para ir a nadar frente a La Mansa -en la playa de Miguel Lanús-. Después ya se fueron sumando y sumando y ahora somos un hermoso grupo, una familia”, detalló el profe.
Tal es así, que incluso hay personas que se acercan desde Oberá y San Ignacio para nadar y compartir lindos momentos en el agua.
“Hay de todas las edades, pero todos somos amantes de la natación. Hay ex nadadores, personas aficionadas al agua y madres o padres de ex nadadores, como Eduardo, el papá de Gonzalo Acuña”, explicó Rafa.
Y vaya si esta pasión traspasa, que pese a que la temperatura comenzó a bajar, de igual manera los nadadores continúan con su ritual de cada semana. “Muchos ya se fueron comprando trajes de neoprene”, resaltó el profe, quien también resaltó que la seguridad es la base para el inicio de esta actividad y todos nadan el circuito boyado con torpedo.
Pero para nadar no sólo hay que hacerle frente al fresquito, sino que hay que madrugar. La convocatoria es a las 7, los sábados, aunque por la llegada del frío ya se están juntando a la siesta. Recientemente, el 25 de mayo “hicimos patria nadando”, dijo entre risas Jorge Celano con un recorrido de 5 mil metros desde Garupá hasta Miguel Lanús.
Acerca de las sensaciones de estar en el río y compartir esta experiencia tan arraigada en Posadas, tanto Celano como Larraburu compartieron que es una “satisfacción”.
“A mí me da alegría. Estar en el agua para mí es estar en mi mundo. Más con esta hermosa gente, tenemos un grupo maravilloso al que le interesa el deporte. El objetivo yo creo que es que hay que dar un poco el ejemplo para bien, sin importar la edad ni de la manera en que se nada, es simplemente juntarnos a dar brazadas y disfrutar”, añadió Rafa.
Claro que por protocolo, cuidados y distancia la actividad sólo contempla llegar, nadar e irse cada uno a su hogar. “Lamentablemente no podemos compartir un asado o un mate por el tema de la pandemia, pero ya esos tiempos vendrán”, compartió el reconocido entrenador de aguas abiertas.
También para rescatar es que este grupo fue motor para que muchos se sumaran al reciente triatlón sprint realizado en Azara. “Nos ayudó mucho, pero nos congelamos”, dijo entre risas Rafa sobre las aguas del arroyo Chimiray que dista mucho de los grados que mantiene el Paraná a lo largo del año.
Ahora ya se ponen una nueva meta y para octubre esperan poder realizar un encuentro de travesías acuáticas en Posadas o “en un arroyo del interior”, finalizó Larraburu.
El Territorio.