Cuando hay voluntad y deseos de superación, la vida siempre da revancha. Y esto lo puede certificar Lisandro Zarza (18) con lo que le está tocando vivir actualmente dentro del básquetbol adaptado, el deporte que eligió.
Me imagino lo que estás sintiendo con esto que te está pasando…
La verdad que es un gran orgullo y una alegría súper inmensa haber sido convocado por primera vez a la Selección. Fue un sueño que siempre tuve desde chico.
Si bien, siempre soñaba con ser jugador de fútbol, después pasó lo que pasó y con la cirugía y todo eso se complicó bastante. Pero después apareció la posibilidad de ir a jugar al básquet, empecé a practicar, me comenzó a gustar y desde ese momento nunca bajé los brazos. Y fue así que hoy en día estoy viviendo esto que es muy lindo.
¿Cómo te enteraste que estabas en la lista de convocados?
La semana pasada, en el entrenamiento del miércoles, estábamos entrenando y cuando paramos, hicimos una pausa, mi entrenador me llamó y me dio la noticia. Me dijo que no era cien por ciento seguro, pero que había muchas chances de que me convocaran para estos entrenamientos de la Selección.
Para mí fue un alegría inmensa, y después en pleno entrenamiento lo que hice fue mirar a mi papá y emocionarme. Pero no podía emocionarme mucho, porque estaban mis compañeros y no entendían nada.
Entonces, arrancamos el partido y yo entrené el tiempo que quedaba muy emocionado, con mi papá en cancha, y fue una noticia que impactó. Si bien uno siempre tiene la expectativa, llegó así de la nada y en este año donde las cosas están complicadas, así que fue muy emocionante.
Las vueltas de la vida hicieron que lo que no se pudo dar en el fútbol, se dio en el básquetbol
Sí, así es. Yo de chico usaba una prótesis, una valva, y eso me ayudaba mucho en el tema de la movilidad. Entonces yo hacía fútbol en La Terraza, hice cuatro años de fútbol ahí y los entrenadores, por más que yo tenía esa prótesis, me daban el visto bueno. Pero, obviamente que por mis condiciones, uno no puede ser profesional así, pero mi sueño siempre fue ser jugador de fútbol.
Hasta que en el 2012 tuvieron que hacerme la cirugía en la pierna izquierda, fue amputada, y eso me alejó del deporte, me deprimió, me bajoneó e hizo que esté dos o tres años sin hacer nada. Hasta que un día mi papá viene a casa y me tira la data que estaban haciendo básquet en el Finito Gehrmann y me preguntó si quería ir.
Para mí el fútbol es todo, y en ese momento no había otra cosa que no fuera el fútbol, no quería saber nada del básquet. Pero más que nada por el tema de que no me gustaba, lo mío era fútbol y sólo fútbol. Y bueno, un día fui, conocí a los compañeros, al entrenador y de a poco fui como entrando en el ambiente del básquet.
Me fui informando, fui mirando videos, preguntando, viendo jugadas y de a poco me fui animando y me fue gustando un poco más, hasta llegar al punto de que el fútbol y el básquet son hoy en día los deportes que más amo.
O sea que el problema era el desconocimiento. Cuando empezaste a conocer más al deporte, a disfrutarlo, te terminó cautivando
La verdad que sí. Cada vez que iba a jugar le prestaba un poco más de atención y eso fue despertando mi interés. Eso hizo que me vaya gustando de a poco, cada día un poco más, hasta hacer que el básquet se convierta en mi segundo deporte favorito.
Y bueno, hoy en día el fútbol y el básquet están ahí para mí, me apasionan, y la verdad que hoy por hoy le meto muchas fichas al básquet, le dedico mucho tiempo y me siento muy bien.
Con la confirmación de tu participación en los entrenamientos de la Selección, debés estar trabajando fuerte
Sí, una vez que me enteré lo de la Selección, si bien hace un mes empecé a entrenar los lunes y miércoles, con la confirmación de lo de la Selección me inscribí en el gimnasio, y por el lado del entrenamiento de básquet, lo estamos haciendo más intensivo, más fuerte, y en eso es en lo que me enfoco hoy en día hasta que llegue la fecha de viajar.
Me contó tu entrenador que te ve muchas condiciones y eso da confianza. ¿Vos cómo te sentís?
No sé si tendré condiciones, pero siempre intento hacer lo que sé, lo que aprendo en el entrenamiento con la ayuda del profesor y de los chicos, en la cancha. A veces hago las cosas mal y ellos me están corrigiendo, ya sea un grito o una palabra fuerte, pero dicha de buena manera, ayuda y tratamos de sobrellevarlo de la mejor manera.
Siempre quiero lo mejor para mi equipo, un poco también para mí, y espero que me vaya bien. Yo me siento cómodo, con muchas ganas, y muy ansioso también porque no todos los días se da la posibilidad de entrenar con la Selección. Si bien muchas personas me dicen que tengo la capacidad para estar en la Selección, no todo pasa por mi juego, sino también por el móvil en el que estoy.
La silla es un problema constante, porque es para un básquet estándar nomás digamos, es de acero y es pesada. A veces se complica cuando viajo a jugar, porque los otros chicos por ahí me sacan ventaja con la velocidad por tener una silla profesional, pero siempre intento con la garra y la pasión que tengo dejar de lado eso y jugar con las ganas y el corazón, como siempre lo hago.
Desde tu experiencia, ¿Qué consejo le darías a una persona que, por miedo o desconocimiento, no se anima a practicar deportes?
Cuando empecé con el básquet no le tenía miedo a la silla ni nada de eso. Sí, por ahí, a cómo me iba a ir, a cómo iba a ser, y lo fui superando. Por eso, les digo que prueben, que se animen.
A nuestro equipo se sumó hace poco un chico que tuvo un accidente y era jugador de Luz y Fuerza en básquet convencional. Y bueno, se animó y hoy es uno de los que apuntala, que ayuda a llevar adelante al equipo. Por eso les digo que se animen, primero va a costar, como cualquier cosa, nadie nace sabiendo, todo se aprende, se empieza de cero, así que decirles que hagan básquet, tenis, ping-pong, lo que sea. Porque el deporte es lo más lindo.
Felicitaciones, éxitos y sobre todo que puedas disfrutar esta experiencia con la Selección
Muchísimas gracias. Voy a ir con todas las ganas, a ponerle mucha garra para representar de la mejor manera a mi provincia.
Un ejemplo de vida
Su historia indica que Lisandro nació con problemas en el lado izquierdo del cuerpo, producto de un virus que su mamá contrajo cuando estaba en plena gestación. Cuando tenía sólo 11 años, por decisión médica, le amputaron la pierna izquierda.
Con prótesis jugaba al fútbol, el deporte que lo apasiona, hasta que conoció el básquet, así se sumó a Los Yaguaretés, primero, y desde octubre del año pasado forma parte del club Luz y Fuerza, que entrena en el Instituto Politécnico Janssen, bajo la dirección del entrenador Carlos “Huevo” Castro.
Su constancia, perseverancia y sacrificio fueron premiados con la citación a la Selección Nacional de Básquet Adaptado U-21, que se entrenará del 8 al 11 de febrero próximo en el Ce- NARD de Buenos Aires.
Primera Ediicón.