Y el beach tenis finalmente desembarcó en Misiones. Con una clase abierta y gratuita, la disciplina puso primera ayer en la bahía El Brete de la capital provincial, de la mano del obereño Fabrizio Kempski (30), campeón nacional de Segunda y referente de la especialidad.
“A la gente le encantó, se quedaron enganchados. Una docena de personas se animó a descubrir este deporte, que es una pasión para mí. Por eso hago todo esto sin fines de lucro, porque en pocas horas tengo que volver a Rosario, pero antes de irme quiero dejar la semilla para que el beach florezca en Misiones”; sostuvo ayer por la tarde Kempski a EL DEPORTIVO.
La disciplina, que forma parte del circuito mundial de la International Tennis Federation (ITF), cuenta con ranking mundial y numerosos torneos en distintas partes del mundo. Se practica especialmente en Rosario, donde Fabrizio vive desde hace diez años y descubrió la pasión por la pelotita y la arena.
“La reacción de la gente fue más que positiva. Por ejemplo, vino un muchacho que acababa de jugar al pádel y le encantó. También se sumaron algunos chicos que estaban jugando acá al vóleibol. Y se acercó una asociación civil de deporte femenino que está interesada en el beach tenis y quiere empezar a darle una estructura en Misiones, con torneos y capacitaciones”, contó Kempski sobre el encuentro de ayer en El Brete.
Vale resaltarlo, el beach tenis se juega en una cancha de 8 por 16 metros, con una red de 1.80 de altura, con una pelota de baja suspensión que no debe tocar el piso y con ‘palas’ especialmente diseñadas para el deporte.
¿Qué fue lo que más le costó a los posadeños que se animaron a descubrir la disciplina? “Creo que, como nos pasa a todos cuando arrancamos, lo más difícil fue la volea. En el beach tenis se juega todo de volea, entonces tenés que trabajar y practicar mucho esa técnica. Después también sucede que muchos están acostumbrados al pádel, pero la empuñadura de la pala es diferente. Son todos pequeños detalles que se van adquiriendo con el tiempo”, explicó Fabrizio.
“Se trata de un deporte dinámico, en el que estás corriendo todo el tiempo, muy divertido, y eso creo que fue lo principal para que a la gente que probó le gustara”, agregó.
Tras esta primera experiencia y la segunda y última clase abierta, a desarrollarse mañana en Oberá, Kempski emprenderá el regreso a Rosario. No obstante, aspira a haber dejado encendida la llama de la pasión en quienes se animaron al beach tenis. “El balance es positivo, porque mucha gente no tenía ni idea, nos vio en El Brete, se acercó, se animó y ahora se enganchó, así que esperamos que todo esto sirva como motivación para que el beach tenis se empiece a jugar en Misiones”, cerró Fabrizio.
Primera Edición.